La reunión fue en lo que se supone era un territorio neutral –convocada por Genaro Ramírez, panista plenamente identificado con el senador Díaz Caneja, quien por cierto no ha desmentido su alianza con la subsecretaria Aranda y tampoco estuvo presente ayer en el acto– y concluyó con un notable “armisticio” político, donde se supone no había enemigos ni adversarios, sino panistas “compañeros de partido”.
La realidad es que el enfrentamiento fue provocado meses atrás por la señora Aranda Orozco, que no había dejado un minuto de criticar en corto al senador; y tomó visos de pleito con sus declaraciones “de guerra”, que se tradujeron en denuncias no probadas por la exdelegada de Desarrollo Social, Anahí Romero.
Desde hace dos semanas, el presidente de Acción Nacional, Germán Martínez, lo mismo que César Nava, secretario particular del presidente, y el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, le sugirieron a la subsecretaria que bajara el tono de sus críticas y aportara su capital político en Puebla, para fortalecer al PAN rumbo a las elecciones del próximo año.
La semana pasada fue una de las peores para la exdirigente panista. Desde su posición de subsecretaria federal padeció por la desaparición de 32 cubanos y 4 centroamericanos en Chiapas; después fueron hallados 18 de ellos en Estados Unidos. La corrupción en el Instituto Nacional de Migración le pega, porque depende de ella, y ahora tiene que revisar la actuación de todos, incluyendo a su amiga Cecilia Romero, la comisionada.
Hubo desmentidos a sus versiones y momentos de tensión cuando Ana Tere sostuvo una reunión con el embajador de Cuba en México, y lo desmintió con el argumento de que el año pasado sólo mil 296 cubanos pasaron por México a Estados Unidos, y ello provocó que la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, le pidiera guardar silencio a la funcionaria de Gobernación.
La señora Aranda es una política inteligente, y aprovechó ayer el escenario para ofrecer una tregua a los otros panistas aspirantes a la gubernatura en el 2010, pidiendo dar prioridad a la elección federal de 2009, para ganar la mayoría de la Cámara Baja.
“Yo no puedo pedirlo sin hacerlo. Así que una servidora en este momento se declara en tregua. No habrá ninguna mención de ninguna aspiración y ninguna solicitud de apoyo a algún panista, porque lo que al PAN le conviene ahorita es que el corazón, la inteligencia y la voluntad estén puestos en la elección de 2009,” manifestó la aspirante al gobierno estatal.
Fue ella quien arrancó la tregua, después de que semanas antes advirtió que haría todo porque Moreno Valle no fuera el candidato del PAN a la gubernatura en el 2010. Ayer mismo, el senador panista pidió unidad. “Nosotros debemos unirnos, porque la unidad sin duda nos va a dar la fortaleza para salir avantes el próximo año,” expresó ante Aranda y Paco Fraile, con quienes compartió la mesa principal que instaló Genaro Ramírez.
La de ayer se inscribirá como una reunión en la que prevaleció en el discurso el armisticio de quienes legítimamente tienen el mismo objetivo: ser candidatos del PAN al gobierno de Puebla en el 2010.
Para conseguirlo requieren tener buenos resultados en el 2009, y es este objetivo el que propició la unidad que se deberá reflejar en hechos en el corto plazo. Los panistas, si quieren ganar deben ir unidos. Lo demás será repetir su larga historia de fracasos y ayer, parece, dieron el primer paso.
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